Reunión

Estrés, el perro de oficina ladrándole a las
horas del reloj y al escozor de las agujas
roncamente caminando y caminar entre
funerarias y qué de trajes vacíos, el perro
y la traslación horaria, cenizas sobre el teclado.

- La reunión es a las seis.

Lo sé, lo sé, los tenedores y los platos de
plástico y apáguese usted si es tan amable
el cigarrillo que hay palitos de merluza
para comerse el día precocinado
y envasado al vacío, tres, dos, timbre
microondas: la reunión es a las seis.

- La reunión es a las cinco.

Lo sé, lo sé, los besos archivados y la
quiero y cómo y cuánto y no me importa
que parpadee el ordenador ni el escozor
de las agujas ni el perro pero que yo la
roncamente adoro aunque me revuelque
todo el día entre papeles bajo estos
fosforescentes tartamudos.

- La reunión es a las cuatro.

Lo sé, lo sé, bombardeo las teclas todo
lo rápido que puedo pero los alemanes y
el mercado europeo y el perro fragmentado
en horas, minutos y segundos, los poros
cafeína y apáguese, apáguese, apague
roncamente a cigarrillos el reloj.

- La reunión es a las tres.

Lo sé, lo sé, si pensamiento e intención
solapados se teclean solos a lo largo de
este horizonte binario a través del cordón
trifásico de la cordura pero yo la quiero
a toda velocidad y apáguese, apáguese,
apague en dos, tres, uno: reunión.

- La reunión es a las 010010110010010110

Caballo Loco

Caballo Loco yacía humeando ante un poste eléctrico. Su pueblo decidió enterrarlo junto a la central eléctrica e hizo caer su lluvia con forma de flechas sobre el fortín.

Dadme un revolver, tabaco y un caballo y veré qué puedo hacer, solía decir Jimmy el sheriff, pero Jimmy yacía humeando en la silla eléctrica.

Decidieron liberar a Billy Mano Mellada, el último pistolero zurdo. Lo montaron en un caballo y le cortaron dos dedos más antes de electrocutarlo en la plaza ante el júbilo de la muchedumbre.

Se horrorizaron ante una nueva lluvia de flechas.
Nada conseguía aplacar la furia india.

Caballo Delirante, el séptimo hijo de Caballo Loco, expuso sus condiciones: -¡El electroshock o la muerte!- Y aulló como un lobo electrocutado cabalgando hacia una nueva matanza.

Esta es la historia de dos pueblos enfrentados.

Esta es la historia de la ira del electrón.

Esta es la historia de América.

Un Ejercicio.

Vamos y venimos de ese lugar. Oscilamos entre la gloria y el desastre.
Vivimos un movimiento curioso. Quizás una caida ascendente, quizás una ascensión hacia abajo.
Tan pronto abarcamos todo cuando podemos desear, nuestros brazos se cierran sobre el vacío y caemos a través de un suelo que ya no existe. Un buen amigo me dijo una vez "Juegue.", tira la moneda a ver que pasa. Doble o nada. Le he hecho caso, con la más pura de mis intenciones.
Veo ahora la moneda girando en el aire, suspendida en el instante en el que ni sube ni baja. Solo gira, salpicándome mi propia sangre a la cara. Estoy tranquilo. En el fondo, el resultado en sí no es importante, solo tiene que haber un resultado, tanto da cara que cruz.
Porque si caemos será hacia arriba,
si ascendemos, será en picado.

Amor Sarcófago

Mi amor es sincero,
terriblemente sincero
como un apagón.

/Tengo guardado un pelo tuyo
&
dentro de un libro\
{voy a hacerte vudú}

No temas, amor,
a este [corazón sarcófago]
que te quiere por extensión
en su extinción.

Quiéreme como las olas a la (botella)
pese a su catastrófico mensaje,
ámame como estas paredes
que se caen a pedazos.

Creo que {voy a hacerte vudú}