Reunión

Estrés, el perro de oficina ladrándole a las
horas del reloj y al escozor de las agujas
roncamente caminando y caminar entre
funerarias y qué de trajes vacíos, el perro
y la traslación horaria, cenizas sobre el teclado.

- La reunión es a las seis.

Lo sé, lo sé, los tenedores y los platos de
plástico y apáguese usted si es tan amable
el cigarrillo que hay palitos de merluza
para comerse el día precocinado
y envasado al vacío, tres, dos, timbre
microondas: la reunión es a las seis.

- La reunión es a las cinco.

Lo sé, lo sé, los besos archivados y la
quiero y cómo y cuánto y no me importa
que parpadee el ordenador ni el escozor
de las agujas ni el perro pero que yo la
roncamente adoro aunque me revuelque
todo el día entre papeles bajo estos
fosforescentes tartamudos.

- La reunión es a las cuatro.

Lo sé, lo sé, bombardeo las teclas todo
lo rápido que puedo pero los alemanes y
el mercado europeo y el perro fragmentado
en horas, minutos y segundos, los poros
cafeína y apáguese, apáguese, apague
roncamente a cigarrillos el reloj.

- La reunión es a las tres.

Lo sé, lo sé, si pensamiento e intención
solapados se teclean solos a lo largo de
este horizonte binario a través del cordón
trifásico de la cordura pero yo la quiero
a toda velocidad y apáguese, apáguese,
apague en dos, tres, uno: reunión.

- La reunión es a las 010010110010010110

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